HOMENAJE A LOS GRANDES CLIENTES

Estos que vienen a continuación si que son GROSOS, en serio.
Vaya como pequeño homenaje a ellos y al buen gusto estas seleccionadas palabras de algunos de los más grandes escritores que pisaron este suelo riojano.
Se merecen este salud y la cuenta corriente en este boliche de por vida, ya pagaron y vaya como...
Que los disfruten, y por favor, si les gustan, compartanlos.
Ahí vamos...

Poco sé de "Don Nico", pero si les puedo contar que Milagro es un pueblito de los llanos del sur; zona árida y dolida; olvidada, con sed milenaria que cuartea las piel de sus gente a quienes no puedo dejar de imaginar soñando con un río. El negro Antenor entre ellos. Vaya entonces este recuerdo a el, a Don Nico y a todos los habitantes de ese misterio que amamanta el sol.




GEOMETRIA DEL PAN DURONICOLAS BRIZUELA (MILAGRO)

Hipotenusa del algarrobo blanco,
Acontecen los coyuyos sus cantos
guardianes de la tarde.
Antiguos mecedores de la angustia,
padrinos del verano,
precursores de la aloja;
aunque nadie lo sabe también anuncian
que se acerca el Negro Antenor.

Camina Antenor con su sonrisa de pan
y sus trancos de reloj descoyuntado.

Parece como un duende tímido que nunca tuvo espejos
y que ni a si mismo se cree
el discurso errante de su sendero.

Su cigarro le avisa  las brujas
invisibles de la siesta,
que él está vivo,
que respira el sol como un milagro,
que bebe la luna de los socavones,
que contradice a los vientos del sur;
y que está despierto y sueña,
y que está durmiendo y vive.

Entra como amigo de la casa.
Llega hasta el cántaro
que guarda el agua dulce de las lluvias.
Y es un rosario de tragos deliciosos
el que le hace un reguero
de alegrías en el rostro.

Y así, comulgado con la vida
pronuncia las palabras rituales que le conocemos:
¨Ñata, dame pan duro…¨



Nicolás Brizuela



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Carrero de los llanos riojanos (Foto Martín Ptasik)

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“LA MEMORIA” -   Eloy López  (Patquía)
 Fragmento


La memoria es una musgosa costumbre
De permanencia en los días y las cosas.
Es un oscuro río que nos ata ferozmente a la tristeza,
un Dios nómade fundador de crueldades
que injuria nuestra dolida carne,
un intento insaciable de encender el otoño,
de resucitar la ceniza.
Por eso cuando me pides que te recuerde
pienso en nuestras cortas palabras,
en nuestros largos silencios.
Pienso
en la desolada ternura
que repartimos por todos los rincones de la sangre,
en el territorio inviolado donde habitan
las mujeres que me amaron,
en los impúdicos arcángeles que te circundan,
en la inocencia irrescatable.
Cuando me pides que te recuerde
Prefiero inventarte cada día
para que no seas
una pobre huésped más de mi memoria.


Tomás Eloy López
1929 -1989   


 
Unasombra ya pronto serás (Foto Nahuél Ptasik)

Y para el final, EL MAESTRO  don Daniel MOYANO.
IMPERDIBLE. 
Este fragmento pertenece a la novela "Tres Golpes d Timbal" y se edición está agotada. Si lo ven en alguna biblioteca, NO LO DUDEN, LEANLO.
A mi humilde entender la mejor novela latinoamericana que he leído. Aquí un fragmento del monólogo que un astrónomo mulero que se ha recluido en lo alto de la cordillera dice sobre las palabras.




SOBRE LAS PALABRAS
Fragmento de la novela ¨ Tres Golpes de Timbal ¨ de Daniel Moyano

Mi mesa de trabajo esta junto al ventanal.
Sobre ella hay un candelabro, un tintero, un diccionario, la Gramática de don Antonio de Nebrija. En un arcón hay alimentos, tinta y hojas que amarillean por sus bordes. En la pared, una guitarra y las sombras de los objetos, incluyendo la mía, permanentemente proyectadas por las llamas del hogar.

El estudio de ese antiguo tratado del lenguaje me ha enseñado a querer las palabras. Las escribo viéndolas florecer, tocadas por la intensidad o desnudez de la altura; las oigo sonar en el silencio virgen de la expansión.
 Y son música, como afirma el gramático. 

Cada vez que escribo una, siento el latido del objeto encerrado por los signos.
Las oigo vivir. 

Las palabras sacan a las cosas del olvido y las ponen en el tiempo; sin ellas, desaparecerían. 
Los cóndores, por ejemplo, caerían en mitad de su vuelo. 
Por eso cada vez que escucho el aleteo con que estas grandes aves se lanzan al espacio, digo cuidadosamente
¨ Cóndor ¨
de modo que suenen bien todas sus letras, para que la palabra, además de las alas, ayude a sostenerlo.

Los pájaros de abajo, cuando arrastrados por el viento traspasan sus límites y penetran en las grandes alturas, dejan de cantar;
es decir, pierden sus palabras. 
Sin ellas ya no son aves; se convierten en trapos sucios en el vendaval. 
Y es una pena verlos rodar en los caprichos del viento, caer entre las rocas donde los devoran las hambrientas hormigas de la montaña.
¨ Pájaro, Pájaro ¨, les grito viéndolos caer. 
Pero ya han dejado de serlo: la palabra ha huido de ellos. Y se entregan silenciosos, todavía vivos, al festín de las hormigas.

También están las estrellas, que eruptan escandalosamente.
Aquí, más que brillar, cuelgan volumétricas, como frutas a punto de caer. Ponen un cerco a la infinitud, apropiándosela. 
Para ellas un cóndor o un hombre no son ni siquiera una sombra. Ante su desnudez la vida y la muerte son simples acciones desesperadas. 
Estos monstruos lumínicos nos aíslan; nos dejan a solas con el crimen; nos dicen que nadie podrá ayudarnos si caemos.
Cada noche, para olvidar o evitar su presencia y estos pensamientos, y sobre todo el miedo, toco la guitarra.
Una pieza interminable, que yo mismo compongo, donde hablo de las nubes.

A mis espaldas esta el mar, el formidable mar océano.
Oculto por la cordillera, no lo veo. Pero puedo sentirlo.
Tengo en mi cuerpo terminales nerviosas sensibles a sus pulsiones, que me conectan con el a pesar de las moles de piedra que nos separan.
Los nervios de mi espalda son como ojos.
En las noches sin viento, concentrándome, alcanzo a percibir su crispación y siento que mi piel se saliniza.
 Nombrarlo es un placer total.
Su palabra es perfecta.
Tal como digo "cóndor" mientras este vuela, digo "mar" sintiendo que el sucede a mis espaldas.


Esta presencia también forma parte de la intensidad que aquí tiene la altura, la misma que hace sangrar a las mulas y temblar 
a las palabras.






Daniel MOYANO

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 Una perlita poética de Don Carlos MAMONDE, reside en España donde difunde y enseña letras latinoamericanas. Con él, lo mismo que con tantos otros, sucede al pié de la letra la terrible verdad de no ser profeta en su tierra. Cuando sus versos deberían formar parte de la curricula educativa; andan navegando y seguramente en algún momento tocará puerto en su Rioja. Aquí lo estaremos esperando para compartir un tinto. Mientras tanto, disfruten su pluma y visiten su blog donde no solo hay poemas, sino unos espectaculares trabajos sobre escritores latinoamericanos.


www.carlosmamondeblogspot.com

 

 

Tu afán

¿ESOS LOS SITIOS, DONDE TU TE AFANAS?

…las zarzas, los bajíos
de temblorosos puertos en
ciudades rendidas a la esperanza o la premonición.

Esos los sitios donde tu sombra pule
aún tristes enseres que tuvimos para el goce callado
de nuestros cuerpos casi disueltos casi en las tormentas del tiempo,
en las estaciones de la herrumbre,
entre la luz roída.


¿Acaso pueden los árboles alzados elegir en cuál bosque
inaugurar su fuga, su tala, su desprecio al humus de la sombra?

Tampoco elige el mar los rojos vasos donde la vida extingue
el otear de sus náufragos
la asfixia del suicida…

Tampoco la miseria de ese rápido abrazo
pudimos sostener…
como la espuma que disgrega la espera,
como las zarzas que apuñalan el aire;


como la herencia efímera…


Ya es tarde
.
Ya es hora de la lluvia y de la pérdida.
 
 
 
Carlos Mamonde.
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A proposito de GRANDES, un sincero homenaje a la vida y obra de Alberto Assadourian quien nos dejo el miércoles 5 de febrero.
Bueno, nos dejo.... también dejo... es decir, paso pero no al pedo.
Uno de los exquisitos placeres que nos podemos dar es leerlo.
Genial escritor, recomiendo " El Dedo de baldomero" y sus investigaciones antropológicas, sobre todo la referida a "La Cueva del Sol" en Córdoba. Genial !!!!!! descubrío que los comechingones inventaron el cine hace mil años...que tal...? busquenlo y leanlo, asombrense y disfruten a este "Mostro" que tuvo la delicadeza de dedicarnos su inmenso talento.
Salve Alberto, gracias por tu legado, tu lucha y tu obra.
Estes donde estes, AQUI SEGUIRAS ESTANDO.